El presente año, la Cumbre del G8 fue en Heiligendamm (Alemania) del 6 al 8 de junio. La reunión de los mandatarios de los ocho países más poderosos del mundo pretendía analizar la pobreza, salud, paz y seguridad en el mundo, así como los efectos del cambio climático. Días previos a estas jornadas, la organización Oxford manifiesta su preocupación por la falta de acción de los Estados Unidos para frenar la destrucción del planeta.
Lamentablemente, todos los ofrecimientos del G8 no se cumplen y se quedan en palabras sueltas. Hace dos años se ofreció $30.000 millones para educación, salud y remediación al ambiente para los países en desarrollo; en esta ocasión se quitó la ayuda. Según cifras estimadas, para el año 2010 morirán cinco millones por falta de doctores y medicinas, que se cubrían con ese dinero.
La Cumbre del G8 2007 fue catalogada como un verdadero fracaso. En cuanto a los problemas ambientales, algunos países se echaron para atrás y no firmaron los acuerdos para disminuir la emisión de gases. Se esperaba que los miembros firmen un tratado para mantener el calentamiento global por debajo de los 2º centígrados. Otra vez, los intereses económicos se impusieron al trabajo por la humanidad. Mientras, las naciones europeas, Japón y Canadá se comprometieron a disminuir 50% de sus emisiones hasta el 2050, EEUU y Rusia no plantearon soluciones específicas.
De forma seria, la mayoría decidió apoyar a la ONU para contrarrestar el calentamiento del planeta. Asimismo, se negocia un acuerdo para el 2009 post Kyoto, que entre en vigencia en el 2012. El G8 quiere apoyar económicamente a los países en desarrollo para detener el impacto ambiental. Si esto no sucede, el mundo corre apresurademante hacia su destrucción total.
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